LAS EPISTEMOLOGÍAS CRÍTICAS FEMINISTAS

DECONSTRUYENDO EL MITO DE LA CIENCIA
ÉTICA DISCURSIVA COMO PROPUESTA DIALÓGICA PARA ESPACIOS CONFLICTIVOS
ANÁLISIS DEL TEXTO ÉTICA INTERCULTURAL
INTERCULTURALIDAD: EL RETO DE LA FILOSOFÍA LATINOAMERICANAANÁLISIS DECOLONIAL DEL TEXTO DE LAS TRES TAZAS DE JOSÉ
MARÍA VERGARA Y VERGARA
LA ESCOLÁSTICA COLONIAL DE LOS S. XVI Y XVII
MI ENSAYO
¿Cómo realizar un ensayo? Es la pregunta que quizá muchos nos hemos planteado cuando a un profesor, de la disciplina que sea, se le ha ocurrido por decir: Para la próxima clase ¡ensayo!. Bueno, la situación no es tan dramática, es cierto que no hemos aprendido a leer muy bien, que nos cuesta redactar un párrafo, que poco o nada nos hemos sentado a leer un texto y menos aún a argumentar o explicar un párrafo. A continuación algunas ideas para tener en cuenta:
1. Contextualizar el texto. Conocer el autor, en que año se escribió y cual era el contexto que rodeaba la vida del autor, pues los textos casi siempre son producto de situaciones específicas.
2. Leer el texto. Es indispensable conocer e interpretar el texto las veces que sea posible, dialogar con él y preguntarle, siempre llegar con una intención, para que al realizar la lectura se interactue con él.
3. Subrayar o tomar apuntes de las ideas que consideres que son importantes.
4. Seleccionar las citas textuales que consideres fundamentales para argumentar el ensayo.
5. Explicar o comentar cada cita textual que se extraiga.
¿Cómo empezar a escribir el ensayo?
1. Disponer la página en Word que se va a trabajar
- Los Margenes son 2.54 cm por cada lado
- Tipo de fuente: Times New Roman 12
- Espaciado 1.5
1. Encabezado

2. El titulo debe ir centrado y en mayuscula

3. El primer parráfo debe ser una descripción general de todo el texto

4. Continuar argumentando

5. Elija una cita que fundamente el texto y transcribirla al pie de la letra (en este caso es una cita mayor de cuarenta palabras, por ende debe tener sangría y no lleva comillas).

6. La cita corta (menor a 40 palabras) va dentro de los párrafos que esta comentando y va entre comillas, no olvide que siempre al final, según las normas APA va entre comillas (Apellido, año, p. #), esto es apellido del autor, año de edición y el número de la página que la saco
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En tierras
americanas –comenta Marquínez– las instituciones básicas fueron los
Virreinatos, Las Reales Audiencias, Las Gobernaciones y Capitanías y los
Ayuntamientos o Consejos Municipales, el sustento jurídico de éste orden estaba
consignado en las Nuevas Leyes de
Indias, promulgadas en 1542 y codificadas en 1680 que fueron adaptadas en
América Latina de acuerdo a las necesidades de los encomenderos.
Sin
embargo, la armonía que se logró establecer en el s. XVII sólo favorecía a los
Españoles chapetones, lo que produjo inconformismos entre los criollos, e
incentivo su participación en la organización civil y eclesiástica hasta adquirir luego el protagonismo de la
independencia. Por otro lado, los
indígenas poco a poco fueron decayendo a causa de los trabajos forzados y
enfermedades, a pesar de las Leyes de Indias,
lo que aumentó el número de la población negra como esclavos que se
calcula según el autor en medio millón a mediados de 1650 y el mestizaje se acentúa por su parte en el s. XVIII.
«La economía principalmente minera en el siglo
XVI, entra en crisis en el XVII por el progresivo agotamiento y falta de
renovación de las técnicas de explotación, de nuevo en el siglo XVIII esta
actividad cobraría un segundo auge» (Marquínez, 2001:
84). La agricultura y ganadería así como el aumento de los centros
urbanos principalmente las capitales de los Virreinatos, Reales Audiencias y
Gobernaciones, también la incursión del arte Barroco, hacen parte del
florecimiento comercial, etnográfico y artístico de los siglos XVII Y XVIII.
Desde el punto de vista cultural, el hecho más
sobresaliente es la fundación de universidades a parir de la segunda mitad del
s. XVI en las principales ciudades, siendo las más antiguas: Santo Dmingo,
1538; Lima 1551; México, 1551; Santa fe de Bogotá: Tomista 1580 y Javeriana
1621 (Marquínez, 2001: 85).
Estos
centros educativos fueron fundados intentando imitar las universidades de Alcalá y Salamanca,
aunque en una época de decadencia, en que se exigía a los catedráticos reducir
su campo de enseñanza a San Agustín y
Santo Tomás, perdiéndose así, el impulso creador del siglo anterior, El siglo
XVII Y XVIII se limita la academia a repetir y defender las doctrinas del
cabeza de escuela, estancando la posibilidad de nuevos hallazgos intelectuales.
Sin embargo en el s. XVIII empieza a germinar las ideas modernas de la
ilustración que llegan a América a través de los que han salido a estudiar a
Europa, ideas que cuestionan el orden imperante y que se convertirán en la
cimiente de las ideas emancipatorias y revolucionarias de los nuevos estados americanos.
La escolástica colonial
La
escolástica colonial heredera de la europea, también se enseñaba en las
escuelas superiores o universidades de América Latina. El modelo pedagógico de
la escolástica estaba presidida por un maestro o «scholasticus» adscrito a una
tradición: tomista, escotista o suareciana, según que se fuera dominico,
franciscano o jesuitas.
El plan de estudios de la época abarcaba, con algunas variantes, una faculta menor: la de filosofía o ‘artes’ y dos mayores: la de teología y la de derecho, tanto canónico como civil. Entrando el s. XVIII, además de las anteriores, se establecen cátedras de matemáticas, medicina, etc., qe constituyen una innovación y un principio de secularización de los estudios
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Apellido, Nombre. (Año de edición). Titulo en cursiva. Ciudad: Editorial
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La
filosofía se estudiaba en función de la
teología y el derecho. El currículum
filosófico se desarrollaba en tres años o cursos: «el primero comprendía el
estudio de la lógica de Pedro Hispano y Aristóteles, con algunos elementos de
lo que hoy llamaríamos teoría del conocimiento o lógica material como gustaba
llamarla algunos escolásticos» (Marquínez, 2001: 87). En el segundo año se
estudiaba la física de Aristóteles y el tratado del alma, que correspondía lo
que posteriormente se llamó sicología racional;
«finalmente, el último año de artes se dedicaba al estudio de la
metafísica, parte principalísima del cuerpo filosófico, que comprendía el
tratado del ente en general y el tratado de Dios, causa primera de todo ente»
(Marquínez, 2001: 87). La ética o moral se estudiaba en la facultad mayor de
teología.
Cómo ya se
ha mencionado Aristóteles representaba el centro de las enseñanzas, pero
mediados por las interpretaciones de Santo Tomás de Aquino, Duns Escoto y
Francisco Suárez. La lengua oficial hasta muy entrado el s. XVIII era el Latín
y el método comprendía la lectio, y la disputatio. En la «lectio» o lección,
ejercida por el maestro, se «leía» los comentarios de los textos que
interpretaban a Aristóteles. La disputatio
las había privadas y públicas, éstas últimas con gran pompa y ardor sobre los
tópicos más controvertidos por las escuelas. La filosofía se enseñaba como
propedéutica para los estudios de teología y derecho «ello era así debido a las
dos necesidades primarias sentidas por la sociedad colonial: la de preparar
candidatos idóneos para la evangelización y administración del sistema
eclesiástico y para la administración de los puestos burocráticos del Estado»
(Marquínez, 2001: 88).
La
preponderancia de la escolástica en el s. XVIII sufre una remezón sobre todo en
cuanto a física se refiere, por causa de las nuevas ideas modernas que
confrontaban algunos de los planteamientos de las enseñanzas de la escolástica.
Como el surgimiento de corrientes de pensamiento como los «novatores» o
innovadores, expuesta por Benito Feijóo que aceptan muchas de las nuevas teorías modernas, como el heliocentrismo
y que representó el nacimiento como lo ha demostrado –dice Marquínez– José Luis
Abellán una «pre-ilustración que se generó en España y América con anterioridad
a la recepción de las luces o ilustración francesa, recibidas en América al
terminar el s. XVIII.
La
filosofía se estudiaba en función de la
teología y el derecho. El currículum
filosófico se desarrollaba en tres años o cursos: «el primero comprendía el
estudio de la lógica de Pedro Hispano y Aristóteles, con algunos elementos de
lo que hoy llamaríamos teoría del conocimiento o lógica material como gustaba
llamarla algunos escolásticos» (Marquínez, 2001: 87). En el segundo año se
estudiaba la física de Aristóteles y el tratado del alma, que correspondía lo
que posteriormente se llamó sicología racional;
«finalmente, el último año de artes se dedicaba al estudio de la
metafísica, parte principalísima del cuerpo filosófico, que comprendía el
tratado del ente en general y el tratado de Dios, causa primera de todo ente»
(Marquínez, 2001: 87). La ética o moral se estudiaba en la facultad mayor de
teología.
Cómo ya se
ha mencionado Aristóteles representaba el centro de las enseñanzas, pero
mediados por las interpretaciones de Santo Tomás de Aquino, Duns Escoto y
Francisco Suárez. La lengua oficial hasta muy entrado el s. XVIII era el Latín
y el método comprendía la lectio, y la disputatio. En la «lectio» o lección,
ejercida por el maestro, se «leía» los comentarios de los textos que
interpretaban a Aristóteles. La disputatio
las había privadas y públicas, éstas últimas con gran pompa y ardor sobre los
tópicos más controvertidos por las escuelas. La filosofía se enseñaba como
propedéutica para los estudios de teología y derecho «ello era así debido a las
dos necesidades primarias sentidas por la sociedad colonial: la de preparar
candidatos idóneos para la evangelización y administración del sistema
eclesiástico y para la administración de los puestos burocráticos del Estado»
(Marquínez, 2001: 88).
La
preponderancia de la escolástica en el s. XVIII sufre una remezón sobre todo en
cuanto a física se refiere, por causa de las nuevas ideas modernas que
confrontaban algunos de los planteamientos de las enseñanzas de la escolástica.
Como el surgimiento de corrientes de pensamiento como los «novatores» o
innovadores, expuesta por Benito Feijóo que aceptan muchas de las nuevas teorías modernas, como el heliocentrismo
y que representó el nacimiento como lo ha demostrado –dice Marquínez– José Luis
Abellán una «pre-ilustración que se generó en España y América con anterioridad
a la recepción de las luces o ilustración francesa, recibidas en América al
terminar el s. XVIII.
Referencia Bibliográfica
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